viernes, 12 de mayo de 2017

Relaciones toxicas.

Cuando hablamos de relaciones tóxicas lo primero que solemos pensar es en una mala gestión emocional de pareja, pero en realidad este tipo de relaciones se dan en cualquier ámbito social, como puede ser el de una amistad o el familiar. Se trata de relaciones que enganchan, sentimos como que quedamos atrapados en una red negativa de la que nos es muy difícil salir.

¿Qué se considera una relación tóxica?

Si a ratos preferirías no estar con esa persona porque te hace sentir mal, porque tu vibración cambia, porque te alteras hasta puntos que nunca creíste llegar, si te sientes manipulado cuando utiliza los sentimientos de culpa, sarcasmo o ironía para contradecirte, si sientes que no mereces ese trato pero no acabas de poner fin a esta relación, entonces estás atrapado en una relación tóxica.

En definitiva se trata de una relación donde una o ambas partes sufren, más que gozan, por el hecho de estar juntos. Los miembros se ven sometidos a un gran desgaste emocional con el objetivo de convencerse a ellos mismos que pueden salvar esta unión.

Al tratar de acomodarnos a la otra persona lo que hacemos es desvirtuar la realidad ¿En qué sentido? Nos convencemos a nosotros mismos que si no mostramos malestar sobre ciertos aspectos que nos incomodan, evitaremos una nueva confrontación. ¿Pero que pasa cuando llegamos al autoengaño? Que nos enfermamos física y emocionalmente. No olvidemos que la represión emocional provoca ansiedad y estrés.

Por otro lado empiezan los problemas de comunicación, si no nos mostramos como somos ¿cómo nos van a entender los demás?, por lo que todo este conjunto de malestares acaban pasándonos factura.

Las razones por las que podemos mantener una relación tóxica pueden ser muy diversas, pero casi todas tienen una serie de puntos en común, los cuales pasaré a detallar a continuación:

Baja Autoestima

¿Qué es la autoestima? Es un conjunto de percepciones, valoraciones y sentimientos que hacemos con respecto a nosotros mismos. Se considerará baja cuando nuestras creencias estén basadas en no ser merecedores de algo mejor, por lo que en el caso de este tipo de relaciones se tiene la idea de que no podemos estar sin esa persona porque ella es la que siempre ha estado ahí para ayudarnos en todo. Empiezan las preguntas recurrentes como ¿quién me va a cuidar? ¿quién me va a amar? ¿quién me va a animar a seguir adelante?.


Por el contrario podemos tener la sensación de que nosotros somos salvadores de esa persona, que podemos calmar sus malestares y conseguir que vea la realidad desde otro punto de vista idóneo para ambos. Se fantasea con el hecho de que hemos llegado a su vida para hacerlo cambiar, que con nosotros la cosa será diferente. Esto provoca mucha frustración y mucho sufrimiento, ya que hemos basado nuestra relación en unas expectativas poco reales, en vez de basarla en el aquí y ahora.

Si bien es verdad que se pueden cambiar rasgos de personalidad en la otra persona, esto sólo sucederá cuando ésta esté dispuesta a cambiarlos y no antes. Por lo que el deseo de mejorar la vida del otro no tiene que significar que el otro la quiera mejorar, es ahí donde se produce la frustración. No podemos cambiar el entorno, pero si la actitud con la que nos enfrentemos a él.

Yo soy la víctima en esta historia

Llegamos a creernos las palabras hirientes que nos dicen y pensamos ¿quién nos va a querer más que él/ella?. Si tan mala persona soy y no me merezco nada, ¿cómo voy a dejar esta relación con la suerte que he tenido de dar con alguien que si me aguante?. Ese miedo a quedarnos solos y pensar que tenemos lo que merecemos, es lo que acaba siendo más limitador. Una vez más aparece la inseguridad.

Dependencia Emocional

Tratamos de suplir carencias afectivas, pretendemos que el otro nos de lo que nosotros mismos no somos capaces de gestionar. Esta sensación en ocasiones nos lleva a mendigar cariño y es cuando empiezan los desencuentros emocionales.

Miedo a quedarse solo

Quizás esta sea la característica más común, ya que por miedo a no quedarnos solos toleramos cualquier tipo de relación, aunque ésta nos haga sentir mal. Pero lanzo una pregunta al aire ¿no es peor la sensación de estar sólo aún estando acompañado?.

No hemos de confundir soledad con desolación, la soledad es un estado en el que la persona encuentra la paz interior, la desolación es sentir esa carencia de no estar acompañado de alguien que consideramos nos aporta lo que nosotros no sabemos gestionar.

Miedo a lo que está por venir

Otras personas se acomodan dentro de esta relación, por mucho malestar que les aporte, por miedo a seguir adelante con su vida y abrir nuevos caminos. Es lo que supuestamente se conoce como Zona de Confort o Seguridad, aunque en este caso es una seguridad ficticia.

¿Cómo gestionar una relación así?

Trabajando la autoestima, estableciendo límites al malestar y aprendiendo a comunicarse asertivamente.

Una cosa está clara, el amor no es malestar, ni dependencia, ni miedo, es libertad y satisfacción. Si no sentimos eso, entonces no es amor.

CIARA MOLINA
Psicóloga Emocional

Máster en Dirección de Recursos Humanos

Fuente: http://www.ciaramolina.com/relaciones-toxicas/

miércoles, 10 de mayo de 2017

Como saber si te encuentras en una relación toxica.

Evita las relaciones tóxicas
Walter Riso, autor del libro Amores Altamente Peligrosos, asegura que cuando ya no estás en una relación sana es cuando dejas de tener libertad para amar libremente al otro siendo tu misma. Por eso es importante sanarte de una relación tóxica y pregúntate: ¿Qué tipo de relación de pareja quieres construir? o ¿Cómo estás contribuyendo al conflicto?

Aunque ames a la persona, aprende a identificar estas señales cuando plantees terminar o no con el vínculo, si no te conviene y sufres a su lado considérelo. Lo que es cierto es que el amor no significa dependencia, miedo, sino lo contrario libertad y satisfacción.

El amor de pareja es un vínculo de cariño y respeto en el que buscamos ser felices, aunque no siempre es así. Con el tiempo surgen situaciones que  complican la relación y nuestra autoestima, al grado de pasar de una experiencia agradable a una caótica e impredecible, pero ¿cómo reconocer una relación tóxica?

De acuerdo con Ciara Molina, psicóloga emocional, podemos identificar una relación tóxica porque una o ambas partes sufren más que el hecho de disfrutar estar juntos. La pareja se somete a un gran desgaste emocional con el objetivo de convencerse que pueden salvar esta unión.

Si has notado lo difícil que es relacionarte con tu pareja porque siempre terminas enojada o discutiendo, aquí te dejamos cinco claves para sanarte de una relación tóxica y evitar el sufrimiento o los daños psicológicos que puedan derivar.

¡Momento de poner límites!

1. Identifica: Trata de reconocer si estás en una relación tóxica. Generalmente las personas tóxicas buscan agrandar nuestros errores y nos provocan muchas frustraciones porque siempre quieren tener la razón.

2. Responsabilízate: Al ser responsable de tus propias decisiones será más fácil que actúes. En este caso podrás entender mejor tu situación y encontrar una solución para no dejar que afecte tus relaciones con los demás.

3. Intégrate. Busca integrarte a nuevos círculos sociales en el que puedas conocer a gente diferente. También puedes realizar actividades diferentes a las que estás acostumbrada para relajarte y reanimarte.

4. Tiempo. Date un espacio para poder sanarte te ayudará superar los momentos desagradables que has vivido en una relación tóxica y brindarte la posibilidad de tener nuevas relaciones.

5. Modifica. Al cambiar los patrones de conducta que con el tiempo se hicieron una costumbre en tu relación podrás sanar una relación tóxica. No es fácil, pero con paciencia y perseverancia, juntos encontrarán la solución al conflicto.

Walter Riso, autor del libro Amores Altamente Peligrosos, asegura que cuando ya no estás en una relación sana es cuando dejas de tener libertad para amar libremente al otro siendo tu misma. Por eso es importante sanarte de una relación tóxica y pregúntate: ¿Qué tipo de relación de pareja quieres construir? o ¿Cómo estás contribuyendo al conflicto?

Aunque ames a la persona, aprende a identificar estas señales cuando plantees terminar o no con el vínculo, si no te conviene y sufres a su lado considérelo. Lo que es cierto es que el amor no significa dependencia, miedo, sino lo contrario libertad y satisfacción.


Fuente: http://www.salud180.com/salud-dia-dia/evita-las-relaciones-toxicas

martes, 9 de mayo de 2017

3 tips para controlar las emociones

3 tips para controlar las emociones

Día a día a cada instante nos encontramos inundados de emociones muy diversas. Esto es debido a que gran parte de nuestro cerebro, el sistema límbico se encarga de ellas y hace que las emociones estén tan arraigadas a la naturaleza del ser humano  que podemos considerar que forman parte de nosotros y nuestra forma de reaccionar ante el mundo.


El control de las emociones.
Es un error creer que el control de las emociones es reprimir las emociones para no sentir por el contrario es regular, controlar o eventualmente modificar los estados de ánimos y sentimientos.

Un aspecto importante es la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación ya sea una reacción negativa o positiva. Es cierto que no podemos elegir las emociones que deseas experimentar  o evitar como si se tratara de una agenda o una lista de lo que vas a comprar, pero esta en nuestro poder moderar nuestras reacciones manejarlas de forma inteligente.  Una gran ayuda en el control de las emociones es elegir adecuadamente el tipo de pensamientos que tenemos.

Aquí te dejo 3 recomendaciones para  controlar las emociones.

1.- Alto detente unos segundos y evalúa el estímulo que lo desencadena.

2.- Expresarlo de manera escrita lo que sientes y después es aconsejable quemarlo para liberar todo aquello que se desahogó.

3.-Evita darle importancia a los eventos que desencadenan una reacción negativa.

Todos los seres humanos poseen sensibilidad y en mayor o menor medida tienen la capacidad de emocionarse.
Existen distintos tipos de emoción, algunas pueden beneficiar la salud y otras provocar serias enfermedades.
Emociones como el miedo, el odio, la preocupación, la tristeza, el resentimiento y el rencor, son perjudiciales para la salud y disminuyen la función del sistema inmunológico, haciéndolo más vulnerable a las enfermedades. En tanto que las emociones como el amor, la felicidad, el entusiasmo, la alegría y la esperanza, nos mantienen saludables.
Poner emociones en las cosas que hacemos, como entusiasmo y alegría nos hace bien; pero son las emociones que nos producen las cosas que no podemos controlar, las que nos hacen mal.
La aceptación y el equilibrio en las circunstancias difíciles es la actitud adecuada para superarlas y poder seguir viviendo sanamente, sin que dejen huellas en nuestro cuerpo.

La forma de reaccionar ante la adversidad es un patrón de comportamiento adquirido en la infancia que mantenemos toda la vida.




Un aspecto importante es la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación ya sea una reacción negativa o positiva. Es cierto que no podemos elegir las emociones que deseas experimentar  o evitar como si se tratara de una agenda o una lista de lo que vas a comprar, pero esta en nuestro poder moderar nuestras reacciones manejarlas de forma inteligente.  Una gran ayuda en el control de las emociones es elegir adecuadamente el tipo de pensamientos que tenemos.
La forma de reaccionar ante la adversidad es un patrón de comportamiento adquirido en la infancia que mantenemos toda la vida.

viernes, 5 de mayo de 2017

El control de la emoción y de la enfermedad

El control de la emoción y la enfermedad


Todos los seres humanos poseen sensibilidad y en mayor o menor medida tienen la capacidad de emocionarse.
Existen distintos tipos de emoción, algunas pueden beneficiar la salud y otras provocar serias enfermedades.
Emociones como el miedo, el odio, la preocupación, la tristeza, el resentimiento y el rencor, son perjudiciales para la salud y disminuyen la función del sistema inmunológico, haciéndolo más vulnerable a las enfermedades. En tanto que las emociones como el amor, la felicidad, el entusiasmo, la alegría y la esperanza, nos mantienen saludables.


Poner emociones en las cosas que hacemos, como entusiasmo y alegría nos hace bien; pero son las emociones que nos producen las cosas que no podemos controlar, las que nos hacen mal.
La aceptación y el equilibrio en las circunstancias difíciles es la actitud adecuada para superarlas y poder seguir viviendo sanamente, sin que dejen huellas en nuestro cuerpo.
La forma de reaccionar ante la adversidad es un patrón de comportamiento adquirido en la infancia que mantenemos toda la vida.
Louis Hay cuenta su triste historia infantil llena de infortunios difíciles de superar.
Sus padres se divorciaron cuando ella tenía un año de edad y su madre tuvo que salir a trabajar y dejarla a ella con una vecina. Tuvo un padrastro violento y fue violada por un vecino, quien fue sentenciado a quince años de prisión por ese delito. Sufrió toda clase de maltratos y privaciones y desde niña tuvo que trabajar muy duro.
Se llegó a convencer que no valía nada y que tampoco se merecía ser feliz algún día. Su modelo mental reflejaba su creencia y atraía toda clase de circunstancias desfavorables a su vida.
Su baja autoestima y su necesidad de afecto, la llevó a entregarse a quienes les demostraban algo de bondad y pronto quedó embarazada.
Tuvo una niña que dio en adopción a los cinco días de nacer y que no volvió a ver nunca más. Esta circunstancia aumentó el desprecio que tenía por si misma y confirmó su convicción de que era una víctima destinada a sufrir.
Sin embargo, una vez mayor, pudo comenzar a trabajar como modelo y a sentirse mejor consigo misma, atrayendo al mismo tiempo cosas positivas a su vida.
Llegó a ser modelo de alta costura y a casarse con un hombre de buena posición, quien lamentablemente, después de catorce años de casados, la abandonó.
Su vida se desmoronó, pero tuvo fuerzas para buscar ayuda en la Iglesia de una secta protestante de Nueva York.
Comenzó a interesarse en la metafísica y en los modos de sanación y luego de algunos años se convirtió en una de las sanadoras de la iglesia.
Realizó estudios orientales en la Universidad Internacional Maharishi y se inició en la Meditación Trascendental.
Un día le diagnosticaron un cáncer en la zona vaginal. Louise sabía que la curación mental funcionaba, de modo que esa era la oportunidad para demostrárselo a si misma.
Sabía la importancia del resentimiento y de la rabia para el desarrollo del cáncer, emociones de las cuales ella aún no se había liberado; y que para curarse y evitar que volviera, debía modificar su modelo mental. Porque cuando el cáncer vuelve es porque el paciente no ha cambiado de mentalidad.
Los médicos le concedieron unos meses de tiempo antes de operarla, para que ella intentara su curación.
Realizó una psicoterapia profunda, desintoxicó su cuerpo y su mente de todo vestigio del pasado y cambió su patrón mental de comportamiento y seis meses después del primer diagnóstico, le confirmaron que el cáncer había desaparecido.
Su experiencia personal le demostró que su enfermedad se pudo curar al cambiar de forma de pensar, creer y actuar.

Fuente: “Usted puede sanar su vida”, Louis Hay.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Salud emocional vs dinero

Salud emocional vs dinero

Cuando hay problemas económicos las personas presentan estrés, frustración, desánimo y en casos extremos se llega a pensar en el suicidio como la única solución a los problemas.

Para modificar estas ideas aprende a reconocer las cualidades y defectos de las personas que te rodean, así como la forma de expresar las emociones; evitando así la necesidad de sentirte bien a través del consumo material.

Durante esta temporada, cuando una persona llega a tener un ingreso extra, se presenta un inexplicable deseo de gastar desmesuradamente como consecuencia de las limitaciones que se tienen durante el resto del año. Esta satisfacción pasajera tiene consecuencias graves no sólo a nivel económico sino también a nivel emocional.



Cuando hay problemas económicos las personas presentan estrés, frustración, desánimo y en casos extremos se llega a pensar en el suicidio como la única solución a los problemas.



Esta situación se puede evitar, fundamentando el valor de una persona en lo que es y no en lo que puede poseer o comprar. Crear esta idea es un trabajo difícil, sobre todo cuando se vive en una sociedad materialista como la nuestra, donde los objetos representan un estatus social.



Para evitar esta crisis emocional, es importante  sentirse bien consigo mismo y con los seres queridos, evitando compras inútiles que excedan el presupuesto familiar. La verdadera felicidad no se basa en ropa de marca o el auto de moda.



Para modificar estas ideas aprende a reconocer las cualidades y defectos de las personas que te rodean, así como la forma de expresar las emociones; evitando así la necesidad de sentirte bien a través del consumo material.

Fuente: http://www.salud180.com/salud-dia-dia/salud-emocional-vs-dinero


Un aspecto importante es la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación ya sea una reacción negativa o positiva. Es cierto que no podemos elegir las emociones que deseas experimentar  o evitar como si se tratara de una agenda o una lista de lo que vas a comprar, pero esta en nuestro poder moderar nuestras reacciones manejarlas de forma inteligente.  Una gran ayuda en el control de las emociones es elegir adecuadamente el tipo de pensamientos que tenemos.

Todos los seres humanos poseen sensibilidad y en mayor o menor medida tienen la capacidad de emocionarse.
Existen distintos tipos de emoción, algunas pueden beneficiar la salud y otras provocar serias enfermedades.
Emociones como el miedo, el odio, la preocupación, la tristeza, el resentimiento y el rencor, son perjudiciales para la salud y disminuyen la función del sistema inmunológico, haciéndolo más vulnerable a las enfermedades. En tanto que las emociones como el amor, la felicidad, el entusiasmo, la alegría y la esperanza, nos mantienen saludables.

reprogramación de nuestro cerebro para conseguir lo que si queremos

No es tu culpa tener una programación mental que te perjudica con pensamientos y sentimientos negativos, eso se lo debemos a las personas q...