Recuerdas como eras de niño ¡eras tan feliz!
Los niños no tienen miedo de pedir lo que quieren y expresan
sus emociones libremente, los niños no soportan la indiferencia ni la soledad,
pues los niños aman su entorno y cada parte de su cuerpo, pero cuando crecen
aprenden a vivir sin dar ni recibir amor y eso es lo que causa la pérdida de la
felicidad en el adulto.
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Para sanar y fortalecer tu amor propio es muy importante
sanar las heridas emocionales que tenemos desde muy pequeños y para ello es
necesario identificar y sanar las heridas con tu niño interior.
Identifica tus heridas.
Perdónate por auto-lastimarte.
Aprende a amar a tu niño interior.
Cada que te asustes recuerda que no eres tú sino tu niño
interior que se encuentra solo luchando porque no te puede percibir. Aprende a
tratar a tu niñ@ interior como si fueras tu propio mamá o papá.
Porque sucede esto, bien te diré que todos en algún momento
de nuestra infancia sufrimos algunos de más o menos heridas, fuimos reprimidos
e incluso limitados. Por eso al crecer pasamos por momentos complicados donde
nos sentimos más vulnerables o incluso hacemos sólitos nuestra propia tormenta
en un vaso de agua, pero todo esto es debido a que pese a ser un adulto con
estudios, posgrados y demás siempre es nuestro niño interior el que se
encuentra luchando solo y angustiado ante las situaciones emocionales que se le
puedan presentar. Y este patrón que tiene de tristeza violencia, ausentismo,
limitantes y demás hacen que repita la historia con los que lo rodean, porque
está repitiendo los patrones equivocados que aprendió de pequeño y con los que
día a día sobrevive porque equivocadamente cree que así debería de ser o es la
única forma que conoce.
Recuerdas como eras de niño ¡eras tan feliz!
Los niños no tienen miedo de pedir lo que quieren y expresan
sus emociones libremente, los niños no soportan la indiferencia ni la soledad,
pues los niños aman su entorno y cada parte de su cuerpo, pero cuando crecen
aprenden a vivir sin dar ni recibir amor y eso es lo que causa la pérdida de la
felicidad en el adulto.
Tú fuiste así. Todos fuimos así. Luego empezamos a escuchar
a los adultos que nos rodeaban y les creímos (no hagas esto, no llores, mentir
por los adultos, aguántate X o Y situación e incluso dolor, tu no sirves para
esto, eres poco útil y demás), ahora negamos nuestro niño que llevamos dentro y
nos llenamos de creencias que lo único que hacen es limitar nuestro desarrollo
alejarnos de la felicidad al no poder administrar y disfrutar de los recursos que nos rodean. Ahora usas una
máscara para interactuar en la vida, ocultas tu propia identidad por el miedo
de ser avergonzado, de ser lastimado nuevamente. Proteges al niño herido que
vive dentro de ti, porque no deseas que siga sufriendo; pero aunque tú no lo
desees, el niño herido se manifiesta a cada momento y bloquea tu desarrollo y
sigues sufriendo. Esa es la razón por la que te recomiendo tomes la decisión de
analizar tu infancia y sanar las heridas que ocasionan que actúes de esta
manera y que tengas los resultados que ahora tienes en tu vida.
Es necesario e importante entender que la necesidad de
hallar a tu niño interior es parte de un antiguo anhelo humano: indagar nuestro
pasado y entender a través de él al presente.
Detente un rato y piensa lo necesario que es el recuperar la
frescura de la niñez, es necesario empezar a soñar de nuevo en lo que fuimos y
en lo que queremos ser. Recuerda aquellos momentos felices de la infancia.
Es posible sanar a tu niño herido y vivir con él siempre...
reconciliados.
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